sábado, 17 de mayo de 2014

Reseña: Tintes del cielo

De la mano de

Título: Tintes del cielo
Autor: Natsume Sôseki
Editorial: Satori
Año de publicación: 2013
Páginas: 155
ISBN: 9788494192012
Precio: 12 €

"Sōseki, el celebrado novelista japonés, era un escritor poliédrico: divertido, irónico, nostálgico, introspectivo, surrealista, en definitiva, cambiante. A través de sus haikus se pueden apreciar las múltiples facetas de este autor, cima de la Literatura japonesa moderna. Esta antología ofrecer al lector en español una nueva faceta diferente a la del Sōseki novelista pero igual de brillante que esta.
El haiku es una forma de poesía tradicional japonesa de 17 sílabas organizadas en un esquema de tres versos (5-7-5). No tiene título ni rima pues pretende, con la máxima sencillez, transmitir una apreciación de la realidad espiritualizándola y elevándola por encima de su pequeña trascendencia. El haiku, que ha permanecido durante siglos íntimamente ligado con la cultura tradicional japonesa, actualmente se ha universalizado de tal manera que podemos considerarlo finalmente, patrimonio del ser humano."

OPINIÓN PERSONAL

En primer lugar, agradecer a la editorial Satori el enviarnos este ejemplar. La verdad es que están consiguiendo que me pique el gusanillo con el tema de los haikus, y esta entrega me ha gustado mucho más que la anterior.

Cabe destacar, que justo antes de empezar este libro se celebraba la Semana Cultural Japonesa aquí en la universidad de Zaragoza, y una de las conferencias versaba acerca de los grandes maestros del haiku, las características y la funcionalidad de éste. Así que por mi parte me vino de perlas, y he de decir que aprendí un montón de cosas que me gustaría mencionar antes de empezar esta reseña a modo de introducción.
En la otra reseña, Ruego a la mariposa, hice una pequeña introducción al haiku, sus características y demás. En este caso me gustaría profundizar acerca de su historia y lo que significa cada pequeño poema. El haiku no surge así de la nada, sino que está ligado a los concursos de poesía y a los versos ligados, es decir, un poeta empezaba un poema escribiendo tres versos, a continuación le pasaba el papel a otro poeta que tenía que completar dicho poema con in par de versos más para pasarlo a los demás, así sucesivamente obteniendo una poesía bastante larga. La atención se ha de centrar en esos primeros tres versos que van a ser los originarios del formato y género que ahora conocemos como haiku.
Un aspecto que me llama bastante la atención es la captación del instante, algo que realmente también tenemos representado en Occidente con la labor de los Impresionistas y la búsqueda de la luz y el color en un determinado momento. A la hora de hablar de haikus hay distintos tipos: algunos que aluden al humor, a la naturaleza, haikus mucho más profundos como los escritos a la hora de morir... Pero siempre se refieren a un efímero instante, que cuando pasa desaparece por completo dejando como único vestigios un pequeño poema de tres versos. Acontecimientos banales a los que normalmente no prestamos atención se embellecen en estas cortas líneas. En mi opinión, tales escritos merecen una atención preciosista a todo lo que rodea a los poetas además de una mentalidad que busca la belleza en cada pizca de realidad.
Un rasgo que se aprecia bastante en la obra de este autor es la sorpresa. Dos versos que sirven como introducción para terminar con o inesperado, una sonrisa por parte del lector, dejarnos con la boca abierta... En fin, que realmente hay toda una gama de posibilidades y de alusiones.
Un rasgo del que nos hablaron son de las palabras y términos referentes a las estaciones. Cada haiku tenía que tener un término que aludiese a la estación en la que fue escrito, incluso en ocasiones al día y al lugar donde se encontraba el poeta. Para ello, dado que si nos paramos a pensar resulta bastante complejo atinar con la palabra concreta, existían toda una serie de libros que contenían este tipo de términos clasificados según estaciones, lugares, meses... Como si de un diccionario se tratara para orientar al escritor y ofrecerle todos aquellos términos considerados como apropiados o correctos.

Se nos habló de grandes maestros a los que se refiere el propio Sôseki en algunos se sus poemas con un tono de reverencia y aprecio, tanto escritores como dibujantes, puesto que los haikus solían ir acompañados de pequeños dibujos a base de tinta que aludían al poema, ya sea de forma explícita o abriendo una puerta a la imaginación del lector para que él mismo completase aquello que ve.

Al igual que hice en la reseña anterior, voy a comentar los tres poemas que más me han gustado (Que además casualmente van seguidos):

18. La ipomea, ya a punto
de florecer: lo avisan
tintes del cielo.

Este es el poema que da título al volumen presente, y lo he escogido por otra figura relacionada con la flor de la ipomea (Que podría ejercer aquí como uno de esos términos que aluden a la estación en la que se encontraba el poeta). La poetisa Chiyo es una figura importante dentro del haiku además de una de las poetisas más querida en Japón. Algunos de sus poemas relatan ciertas vivencias personales y están cargados de dulzura y sentimiento. Uno de ellos se refiere a esta misma flor, que creció en el cubo que utilizaba para llevar agua, y por la pena que le suponía arrancarla, se fue en busca del cubo del vecino. Aquí el sentido es diferente, pero alude a esa atención a los detalles, el gusto por el mundo natural...

19. Huecos va abriéndose
por entre el herbazal:
cielo de otoño.

Algo tan común que pasa sin darnos cuenta como es la caída de las hojas de los árboles cuando el otoño se acerca, igualmente, muchas de las flores se empiezan a marchitar y desaparecer dejando una serie de huecos en el camino. El poeta presta atención a este fenómeno tan común que tiñe las calles de tonos naranjas y marrones.

20. Quien alza un canto
ante las "cortesanas"
son los patos del pueblo.

Este lo he escogido tanto por ese tono gracioso como por la reflexión que acompaña al poema. Pues muchas veces decimos que algunos animales son más listos o valen más que determinadas personas, y este puede ser uno de los significados del poema. Seguramente los hombres devoren con los ojos a estas cortesanas además de gritarles algunos improperios, los patos, por otro lado, les dedican canciones. 
En este caso creo que es un haiku que permite varias interpretaciones: una gracia por parte del autor al sorprendernos con el último verso, como una reflexión más profunda acerca del ser humano como ya he indicado.

La verdad es que este recopilatorio me ha gustado más que el anterior, por la variedad y quizás también porque ahora sé un poquito más acerca de este tipo de poesía.

4 de 5

1 comentario:

Sabinela dijo...

No pinta mal pero no es de mi estilo. besos

sábado, 17 de mayo de 2014

Reseña: Tintes del cielo

De la mano de

Título: Tintes del cielo
Autor: Natsume Sôseki
Editorial: Satori
Año de publicación: 2013
Páginas: 155
ISBN: 9788494192012
Precio: 12 €

"Sōseki, el celebrado novelista japonés, era un escritor poliédrico: divertido, irónico, nostálgico, introspectivo, surrealista, en definitiva, cambiante. A través de sus haikus se pueden apreciar las múltiples facetas de este autor, cima de la Literatura japonesa moderna. Esta antología ofrecer al lector en español una nueva faceta diferente a la del Sōseki novelista pero igual de brillante que esta.
El haiku es una forma de poesía tradicional japonesa de 17 sílabas organizadas en un esquema de tres versos (5-7-5). No tiene título ni rima pues pretende, con la máxima sencillez, transmitir una apreciación de la realidad espiritualizándola y elevándola por encima de su pequeña trascendencia. El haiku, que ha permanecido durante siglos íntimamente ligado con la cultura tradicional japonesa, actualmente se ha universalizado de tal manera que podemos considerarlo finalmente, patrimonio del ser humano."

OPINIÓN PERSONAL

En primer lugar, agradecer a la editorial Satori el enviarnos este ejemplar. La verdad es que están consiguiendo que me pique el gusanillo con el tema de los haikus, y esta entrega me ha gustado mucho más que la anterior.

Cabe destacar, que justo antes de empezar este libro se celebraba la Semana Cultural Japonesa aquí en la universidad de Zaragoza, y una de las conferencias versaba acerca de los grandes maestros del haiku, las características y la funcionalidad de éste. Así que por mi parte me vino de perlas, y he de decir que aprendí un montón de cosas que me gustaría mencionar antes de empezar esta reseña a modo de introducción.
En la otra reseña, Ruego a la mariposa, hice una pequeña introducción al haiku, sus características y demás. En este caso me gustaría profundizar acerca de su historia y lo que significa cada pequeño poema. El haiku no surge así de la nada, sino que está ligado a los concursos de poesía y a los versos ligados, es decir, un poeta empezaba un poema escribiendo tres versos, a continuación le pasaba el papel a otro poeta que tenía que completar dicho poema con in par de versos más para pasarlo a los demás, así sucesivamente obteniendo una poesía bastante larga. La atención se ha de centrar en esos primeros tres versos que van a ser los originarios del formato y género que ahora conocemos como haiku.
Un aspecto que me llama bastante la atención es la captación del instante, algo que realmente también tenemos representado en Occidente con la labor de los Impresionistas y la búsqueda de la luz y el color en un determinado momento. A la hora de hablar de haikus hay distintos tipos: algunos que aluden al humor, a la naturaleza, haikus mucho más profundos como los escritos a la hora de morir... Pero siempre se refieren a un efímero instante, que cuando pasa desaparece por completo dejando como único vestigios un pequeño poema de tres versos. Acontecimientos banales a los que normalmente no prestamos atención se embellecen en estas cortas líneas. En mi opinión, tales escritos merecen una atención preciosista a todo lo que rodea a los poetas además de una mentalidad que busca la belleza en cada pizca de realidad.
Un rasgo que se aprecia bastante en la obra de este autor es la sorpresa. Dos versos que sirven como introducción para terminar con o inesperado, una sonrisa por parte del lector, dejarnos con la boca abierta... En fin, que realmente hay toda una gama de posibilidades y de alusiones.
Un rasgo del que nos hablaron son de las palabras y términos referentes a las estaciones. Cada haiku tenía que tener un término que aludiese a la estación en la que fue escrito, incluso en ocasiones al día y al lugar donde se encontraba el poeta. Para ello, dado que si nos paramos a pensar resulta bastante complejo atinar con la palabra concreta, existían toda una serie de libros que contenían este tipo de términos clasificados según estaciones, lugares, meses... Como si de un diccionario se tratara para orientar al escritor y ofrecerle todos aquellos términos considerados como apropiados o correctos.

Se nos habló de grandes maestros a los que se refiere el propio Sôseki en algunos se sus poemas con un tono de reverencia y aprecio, tanto escritores como dibujantes, puesto que los haikus solían ir acompañados de pequeños dibujos a base de tinta que aludían al poema, ya sea de forma explícita o abriendo una puerta a la imaginación del lector para que él mismo completase aquello que ve.

Al igual que hice en la reseña anterior, voy a comentar los tres poemas que más me han gustado (Que además casualmente van seguidos):

18. La ipomea, ya a punto
de florecer: lo avisan
tintes del cielo.

Este es el poema que da título al volumen presente, y lo he escogido por otra figura relacionada con la flor de la ipomea (Que podría ejercer aquí como uno de esos términos que aluden a la estación en la que se encontraba el poeta). La poetisa Chiyo es una figura importante dentro del haiku además de una de las poetisas más querida en Japón. Algunos de sus poemas relatan ciertas vivencias personales y están cargados de dulzura y sentimiento. Uno de ellos se refiere a esta misma flor, que creció en el cubo que utilizaba para llevar agua, y por la pena que le suponía arrancarla, se fue en busca del cubo del vecino. Aquí el sentido es diferente, pero alude a esa atención a los detalles, el gusto por el mundo natural...

19. Huecos va abriéndose
por entre el herbazal:
cielo de otoño.

Algo tan común que pasa sin darnos cuenta como es la caída de las hojas de los árboles cuando el otoño se acerca, igualmente, muchas de las flores se empiezan a marchitar y desaparecer dejando una serie de huecos en el camino. El poeta presta atención a este fenómeno tan común que tiñe las calles de tonos naranjas y marrones.

20. Quien alza un canto
ante las "cortesanas"
son los patos del pueblo.

Este lo he escogido tanto por ese tono gracioso como por la reflexión que acompaña al poema. Pues muchas veces decimos que algunos animales son más listos o valen más que determinadas personas, y este puede ser uno de los significados del poema. Seguramente los hombres devoren con los ojos a estas cortesanas además de gritarles algunos improperios, los patos, por otro lado, les dedican canciones. 
En este caso creo que es un haiku que permite varias interpretaciones: una gracia por parte del autor al sorprendernos con el último verso, como una reflexión más profunda acerca del ser humano como ya he indicado.

La verdad es que este recopilatorio me ha gustado más que el anterior, por la variedad y quizás también porque ahora sé un poquito más acerca de este tipo de poesía.

4 de 5

1 comentario:

Sabinela dijo...

No pinta mal pero no es de mi estilo. besos